Podemos ha envejecido muy pronto
Las claves del añoEn Podemos, estas Navidades, se ha armado el Belén. Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, el jueves se seguían lanzando puyas en ‘abierto’. Un pulso 2.0, a golpe de ‘tuit’, incendiando y agitando las redes, y los grupos de Telegram, el ‘WhatsApp’ y canal interno de los ‘podemitas’. Pablo e Iñigo han entrado en crisis. Caín y Abel frente a frente, y como en los relatos bíblicos, solo puede quedar uno. Está en juego el control y el futuro de Podemos. Una lucha fraticida por el poder. Juego de tronos. Todo un sarcasmo para quién confesó (Pablo Iglesias) su pasión por la serie ambientada en el medievo y cuyo hilo argumental son los sanguinarios enfrentamientos dinásticos. Una encarnizada lucha por el poder, como el que mantienen Pablo e Iñigo, pese a las sentidas apelaciones al “hermano, compañero, amigo…”. Cartas televisadas que no han conseguido pacificar a los principales protagonistas de este interminable ‘culebrón’.
Podemos ha envejecido muy pronto y ha caído en los mismos vicios de lo que ellos llaman la “vieja política”. Su “asalto a los cielos”, va camino del infierno y del purgatorio político. Guerra teológica entre Pablo e Iñigo. El primero postula la radicalización del partido, y la vuelta a la calle y a sus orígenes. El segundo apela a la mesura y a plantear la batalla en las instituciones, que para eso fueron elegidos sus 71 diputados, mareas e Izquierda Unida incluidas. Pero además de la estrategia política, lo que subyace en este pulso entre los dos primeros espadas de Podemos, es el caudillismo de Pablo Iglesias, que reclamará el poder absoluto del partido en la II Asamblea Ciudadana que los ‘podemitas’ celebrarán el 12 de febrero en Vistalegre. O lo que es lo mismo, el fin de las ‘corrientes’ y las ‘confluencias’. Todo para la ‘gente’, pero sin la ‘gente’. ‘Vistalegre II’ estaba llamado a ser un nuevo congreso o asamblea constituyente, pero va camino de la ruptura entre ‘pablistas’, ‘errejonistas’ y ‘anticapitalistas’. Un cisma interno que recuerda a los enfrentamientos entre el ‘felipismo’ y el ‘guerrismo’, que acabaron con aquel victorioso PSOE. Los ‘ismos’ nunca fueron buenos, y ahora tampoco lo son las ‘istas’. El sufijo que emplean los ‘Pablistas’ y ‘Errejonistas’. ‘Vistalegre II’, ¿refundación o ruptura? Segundas partes nunca fueron buenas.